Una historia por contar

Hacía frío, el viento alborotaba su corta melena, provocando escalofríos en su menudo cuerpo.
Sentada en una mesa, tomando un café,veía pasar a la gente, tan abrigados, tan apretados contra sí mismos, que era imposible distinguir sus rostros. Gorros, bufandas, cubrían sus facciones..provocando al helado viento a penetrarlas.
Pasaban con andares rápidos, como si así pudieran dejar atrás su gélido azote.
Ella, quieta, espera...no siente el frío, porque como ese aire, forma parte del invierno...frío por dentro ,por fuera.
Palabras "cazadas" al pasar llegan hasta sus oidos. Retazos de conversaciones inconexas.
Volutas de humo se escapan de algunas bocas y se disipan arrastradas por el insolente viento, rey y señor de la noche.
En un alarde de poder, acrecienta su fuerza, levantando los papeles callejeros, las faldas de algunas atrevidas, los pendones colgantes de algunas puertas y...baila, baila entre las hojas de los árboles cercanos.
Y por la mañana será un recuerdo. Mañana cuando salga el sol y calientes a esas mismas personas que él se empeña en enfriar en la noche , sabe que no le ganará porque de día es invisible, sólo aire en movimiento, yendo de aquí a ninguna parte y tornando de nuevo a desaparecer.

Sin cruce

No te pierdo,
no fuiste mío.
No te añoro,
nunca te tuve.
Caminos sin cruce,
separándose.
Sin adioses,
sin lágrimas,
sin recuerdos,
sin retorno...
No me quieres
y yo...
queriéndote...
ya no te quiero.

Un recuerdo después del olvido

Un recuerdo después del olvido.
Oscuridad, silencio.
Los ángeles sin cara me miran.
Acaricio los gélidos mármoles,
a mi contacto, cálidos.
Las lápidas me hablan sin voz,
cuenta historias vividas.
Más en su interior no hay nada.
Vacías de sueños, de almas.
Sólo el olvido indeseado.
Nada perturba mi quietud,
ni el viento, ni la lluvia
al caer sobre las tumbas. Porque...
¿ quién se enfrenta a la muerte
en su eterna morada?...