martes, 21 de agosto de 2018

Con los cinco sentidos





¿Qué preferir, pedir o soñar
si todo es pasajero?
Cada célula, átomo,
lágrima, risa... soy yo.
Y no querría ser otra cosa
que mortal.

Prefiero el maullido del gato,
al discurso del político.
El cielo gris, tormentoso,
al plácido azul vacío.
Prefiero una palabra tuya
que basta para sanarme,
a la oración pedigüeña
de un dios sordo y mudo.
Prefiero las palabras reales,
esas que duelen
a las bonitas que se marchitan
en cuanto son pronunciadas.
Prefiero que los golpes
me lleguen de frente
antes que los que me guardan
las espaldas, sufran.
Me gusta el mar,
mis musas son de espuma salada.
Me gustan los poemas
que se escriben solos
a forzar las palabras y prostituirlas.
La oscuridad a la luz, La noche al día.
Las estrellas sin luna.
Prefiero no ser creyente
y sí creer en el hombre, Esperanza.
Me gusta el peso de los libros
y sí, que ocupen un sitio.
Los amigos atrapados “en mis redes”
y sin embargo libres.
Que mi ego a tu lado, se vuelva modesto.
Y aún así lo hagas volar…

Pero sobre todo, prefiero morir
antes que olvidarte,
antes que olvidarme.