Un recuerdo después del olvido.
Oscuridad, silencio.
Los ángeles sin cara me miran.
Acaricio los gélidos mármoles,
a mi contacto, cálidos.
Las lápidas me hablan sin voz,
cuenta historias vividas.
Más en su interior no hay nada.
Vacías de sueños, de almas.
Sólo el olvido indeseado.
Nada perturba mi quietud,
ni el viento, ni la lluvia
al caer sobre las tumbas. Porque...
¿ quién se enfrenta a la muerte
en su eterna morada?...
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Me parece un poema bastante provocador por los elementos a los que hace referencia y en donde se muestra la realidad de nuestra esencia carnal y mortal que transita de forma temporal por la vida.
ResponderEliminarHay muchos elementos muy interesantes, que cautivan y hacen reflexionar acerca del sentido de la vida. Me hacen recordar en especial unos versos del poema "Ante un cadáver" de Manuel Acuña que dicen así:
"Círculo es la existencia, y mal hacemos
cuando al querer medirla le asignamos
la cuna y el sepulcro por extremos"
Este tipo de poema lleva implícito este mensaje que habla de la transitoriedad de la vida, el dilema de la vida y la muerte y la relación "inversalmente proporcional" que mantienen.
Un placer pasar por tus versos luna. Un saludo afectuoso.
Poco puedo decir después del comentario anterior. Un texto muy tuyo, con ese toque final que te identifica siempre.
ResponderEliminarGracias por volver a escribir
Tal vez, en mi opinión, quien no le tiene miedo a la vida, es posible que no le tenga miedo a la muerte, pero el dolor que la precede... Es complicado y lo sé, pero si, al respecto, es posible establecer un sentimiento en nuestro interior, que sea el descaro de mirar cara a cara a la parca.
ResponderEliminarSigo con los Besicossssssssssss